Super Salud Ordeno La Liquidacion De La EPS Medimás

El Superintendente Nacional de Salud, Fabio Aristizábal Ángel, terminó de organizar la liquidación de la EPS Medimás, que desde su inicio en julio de 2017 estuvo en los ojos del ente de control por sus líos jurídicos, societarios, económicos y financieros.

Esta compañía, que hoy tiene 1,5 millones de afiliados, perdió 3,4 millones de ellos a lo largo de su existencia y lideró el cuadro de las entidades que más quejas recibió entre las EPS al punto que, según la Supersalud, el 45 % de las que se radicaban eran tan graves que se catalogaban como ‘graves por poner en peligro el confort de sus demandantes’.

Aristizábal Ángel, al anunciar la elección resultó el cúmulo de cuestionamientos que recae sobre Medimás, sin ignorar dado que sus dueños, de acuerdo con la Supersalud, siguen incumpliendo con las obligaciones económicas que contrajeron con Cafesalud en la compraventa de la EPS y de los centros de atención que configuraron su nacimiento.

De hecho, por este negocio el Tribunal de Arbitraje de la Cámara de Comercio de Bogotá condenó a Medimás el último año por medio de un laudo a abonar bastante más de $650.000 millones de pesos.

 

Llama la atención que, con 55 meses de vida, esta entidad estuvo 52 de ellos bajo supervisión particular de parte de la Supersalud en una medida que se prorrogó en nueve oportunidades, con la intención de que se corrigieran sus indicadores.

Sin embargo, de acuerdo con los informes, en cada revisión se le encontraron más deficiencias que condicionaban novedosas notificaciones y se generaban más órdenes que sistemáticamente se incumplían.

Hace algunos meses, la Contraloría había iniciado un desarrollo de compromiso fiscal contra la EPS por presuntas irregularidades en el manejo de $234.191 millones de pesos, elementos que fueron girados por la Administradora de los Elementos del Sistema General de Seguridad Popular en Salud (ADRES) para asegurar la prestación del servicio de salud a sus afiliados.

 

inviabilidad

 

En la resolución administrativa, por medio de la cual se ordena la liquidación, la Supersalud proporciona cuenta de numerosas causas que tornaron inviable a Medimás como aseguradora en salud. Entre ellas están, el deterioro de sus indicadores de solvencia y liquidez que amenazaban con un inconveniente colateral o sistemático a la sostenibilidad financiera de su red de prestadores en los 14 territorios en donde aún operaba.

Un reflejo de esta circunstancia de liquidez, que le impedía abonar oportunamente, es que las obligaciones enlazadas con suministradores y prestadores de servicios -al cierre de noviembre de 2021- superaban los 1,5 billones de pesos.

Según las cuentas de las IPS que prestaban servicios a Medimás, la deuda tiene la posibilidad de ser hasta medio billón de pesos más grande. Estas clínicas y hospitales denunciaban que la costumbre de la EPS para dilatar los pagos consistía en obligarlos a radicar, constantemente, las mismas facturas.

De hecho, la última auditoría llevada a cabo por la Supersalud mostró que hasta 2021 Medimás poseía $918.484 millones en facturación pendiente de auditoría.

Otra causal es que la EPS se había vuelto recurrente en el incumplimiento de la prestación de los servicios y ponía en peligro la prestación de servicios a su población afiliada, especialmente a los pacientes crónicos y con patologías de prominente valor, ósea esos diagnosticados con cáncer, insuficiencia renal, VIH y hemofilia.

Una preocupación agregada es que se veían incrementando los eventos de mortalidad materna, que pasaron de cero (0) muertes en enero de 2021 a 32,86 para agosto del mismo año.

La auditoría además evidenció que meses atrás, entre otras cosas, se comenzó a registrar el aumento de quejas contra Medimás por las demoras en trasplantes renales. La Superintendencia indagó con numerosas prestadoras preparadas y descubrió que el incumplimiento de las condiciones financieras pactadas en los contratos con Medimás se encontraba afectando la correcta prestación de los servicios a estos pacientes.

Sin embargo, la mala percepción sobre Medimás no se limitaba a su red de prestadores. Según los registros oficiales, con corte a diciembre pasado, por lo menos 2,3 millones de sus afiliados hicieron los trámites para cambiarse por intención propia, lo que se transformó en la más grande desbandada de individuos de una aseguradora de salud en menos de cinco años en Colombia.

No obstante, más allá de que todos los años perdía más afiliados y poseía menos territorios para contemplar, los procesos judiciales iniciados en su contra de parte de individuos y suministradores iban en aumento: pasaron de 37 en 2017 a 678 en 2021, lo que, a juicio de la Supersalud, llevaba a deducir que la EPS “no ofrece las garantías para el afirmamiento y la prestación de los servicios de salud de sus afiliados”.

 

Para el instante de la elección de liquidar Medimás, esta se mantenía como la EPS con más grande población en el régimen subsidiado, con 926.025 afiliados, la mayor parte de los cuales se consideraban individuos en condiciones de alta puerta de inseguridad.

 

Líder en quejas y tutelas

No hay que ignorar que la EPS, como se ha dicho previamente, es jefe en quejas y tutelas, como lo demuestra las pruebas de la Supersalud, donde los últimos tres años, la EPS tuvo un desarrollo en la tasa de Necesidades, Quejas y Reclamos (PQR), al punto que el último año ocupó los primeros dos sitios por más grande proporción de quejas entre las 17 EPS del régimen subsidiado y las 14 del contributivo.

 

El millón quinientos mil afiliados de la EPS, según la superintendencia, no sufrirán trastornos en los procesos o tratamientos que tienen atentos (citas, cirugías, exámenes), los cuales van a ser asegurados por las EPS a las que van a ser trasladados en un desarrollo que se va a conocer rápidamente.

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